Misma pesadilla dos veces en un año. La liguilla es para el América cuando de Clásicos se trata; Guadalajara tendrá que lidiar con un 2016 en el que su acérrimo rival les borró de la cancha dos veces en la misma instancia: cuartos de final.
Primero en el Clausura, luego en el Apertura. En ambas ocasiones, Chivas dio nueva vida a un rivalal que tenía contra las cuerdas. El regocijo americanista en el año Centenario, si bien todavía no se adorna con títulos, sí lo hace con las humillaciones al Rebaño. Y las dos veces fue con el mismo verdugo.
Es Oribe Peralta, el hombre de sangre lagunera a quien el destino puso en Coapa, hoy vestido de héroe por partida doble: fue él quien sentenció a Chivas el 15 de mayo y este 27 de noviembre. ¿Quién más sino él, un tipo de oro para México, podría haber sido el ejecutor del equipo más mexicano?
¿Quién dijo que el Centenario del equipo que ama ser arrogante y que pide odio estaba arruinado?