En Barcelona hay tristeza. El golpe más duro que podía sufrir llegó. Vive en La Liga y en la Copa del Rey. El sueño del triplete se termina con el 2-0 en el Vicente Calderón. De los últimos cinco partidos apenas pudo ganar uno. Luis Enrique lo reconoce. Confiesa que “no estamos en nuestro mejor momento”.
A punto de las lágrimas admite que el equipo “está triste”. Admite molestia, frustración por la derrota. “Hay que aceptar” el resultado, insiste. Sabe que los suyos son “favoritos a todo y “ahora toca levantarse”.
Da razones de la caída. “Nos ha faltado profundidad”, explica. Lamenta la ausencia de “finura y atrevimiento”. Acusa que las “florituras” no llegaron porque “el campo no estaba condiciones”. Prefiere no hablar “de los jugadores”. “Ya habrá tiempo”, añade,
Elogia al rival. “Jugó a lo que mejor se les da, defender en su propio campo”. Lo felicita y le “desea lo mejor”.