México miraba con expectación hacia la Liga española allá por el pasado mes de agosto. Un desembarco sin igual, prometía una temporada llena de noticias positivas para los futbolistas mexicanos en España, pero la realidad está siendo otra bien distinta. Solo Héctor Moreno parece tener un papel fundamental en su equipo, el resto se limitan a acompañar o a jugar un papel secundario, incluidos los hermanos Dos Santos en el Villarreal, del que se esperaba mas.
Ochoa es, sin duda, el más perjudicado de todo. Incluso esta semana ha quedado señalado por las declaraciones de Kameni, su enemigo en la portería del Málaga. El camerunés dijo que Ochoa no le habla desde el segundo partido, momento en el que se dio cuenta del papel que iba a jugar en el club andaluz. Ochoa quiere salir. Llevaba como uno de los mejores porteros del Mundial y se ha limitado a jugar seis partidos de Copa. En verano cambiará de equipo.
Otro que tampoco ha sido titular indiscutible en toda la campaña y protagonista de la semana es Aquino. Paco, peculiar en sus formas y maneras de entender el futbol, quiere más del mexicano, que no termina de encontrar el punto, tanto como para pensar en su temporada como decepcionante. En Villarreal tampoco están satisfechos con su rendimiento. Además, la visita a San Sebastián de esta semana para ver a su amigo Carlos Vela ha sido calificada como inoportuna. Mas leña.
Los hermanos Dos Santos no están teniendo el papel que se les presumía. Eclipsados por Vietto o Cheryshev, han asumido un rol de ayudantes sin más cuando se esperaba que se convirtieran en la referencia en su primera aventura juntos.
Los casos que más llamativos, dejando al margen a Ochoa, son los de Chicharito y Raúl Jiménez. Llegados como estrellas rutilantes a Real Madrid y Atlético, apenas pisan el verde salvo en los entrenamientos. El madridista están en el rincón del olvido y Ancelotti solo se acuerda de él cuando el marcador del Calderón señalaba un contundente 3-0 para los de Simeone. Desaparecido en combate.
En el caso del Atlético, Simeone dice estar contento con Raúl Jiménez y que ha aprendido los conceptos del futbol que él quiere aplicar, pero la llegada de Fernando Torres dejó patente que ha pasado a ser el cuarto delantero, sin opciones reales de jugar o de participar en una rotación que ya está cerrada. Desencanto total.