Por: Ángel Armando Castellanos
¿A qué juega la Selección Mexicana? ¿A qué juega su entrenador? ¿A qué juega uno de sus máximos referentes? El 7 de junio, día de elecciones en México, Día de la Libertad de Expresión. Dos de las caras más conocidas del Tricolor -el equipo, no el partido- ejercen su libertad de expresión y violan un reglamento.
Mucho se habló en meses pasados de la “distracción” que el Brasil contra México supondría para los votantes. El uniforme verde, tan tradicional en el equipo nacional fue reemplazado por uno negro y otro blanco, para “evitar la promoción a un partido político”. A los medios se les pidió no hacer referencia a ese color por la misma situación.
Del “Ponte la Verde” pasamos al “Piojo Méteme”. Y Miguel Herrera la metió. Metió un golazo fuera de la cancha. Él y Oribe Peralta promocionan a placer -o a interés económico, vaya usted a saber- al Partido Verde Ecologista de México. Los reglamentos de la Federación Mexicana de Futbol, así como de la propia y maltrecha FIFA prohíben que esto ocurra. Pero vivimos en México.
Es Día de la Libertad de Expresión y de vivir la “fiesta democrática”. ¿Hasta dónde tienen facultades los reglamentos que rigen el futbol a nivel nacional e internacional? ¿Hasta dónde se vale pasárselos por el arco del triunfo en pos de dinero extra por invitar a la gente a votar por “x” o “y” partido?
Es más, ¿sabrán Miguel y Oribe que están violando un Código de Ética? Y si lo saben, ¿será más negocio para ellos? Veámoslo así: la Federación los multa, pero el Partido Verde ya les pagó, con lo que recibieron, cumplen su castigo y se quedan con el “cambio”.
Hace unos días terminaron las campañas políticas. Pero en internet -afortunada o desafortunadamente- los tiempos y las reglas son otros. A cambio de dinero -o de satisfacción propia- se vale seguir haciendo campaña a favor de quien sea. La libertad de expresión se vende, mientras el voto se compra.
¿A qué juega la Selección Mexicana? ¿A qué juegan su entrenador y uno de sus referentes? ¿A satisfacer al “patrón”? Miguel Herrera -de nuevo- cae en incoherencias. Habría que recordar que es un taurino empedernido. Hoy invita a votar por un partido que atenta contra su propia afición. ¿Lo sabrá? ¿Estará dispuesto a dejar la Fiesta Brava por divertirse en nombre de la democracia?
Al final, las propuestas y protestas que pedían cambiar de fecha el juego de la Selección para “favorecer el voto” quedaron como una burla. Una burla porque si lo que se pretendía era no favorecer a nadie, ese “nadie” demostró que con dinero se logra mucho, o al menos, se intenta.
¡Viva México!