Por Daniel Figueroa
¿Se acuerdan cuando de chamacos nuestra jefecita nos castigaba sin videojuegos por no hacer la tarea? Pues esa misma le aplicaron a los jugadores de Vélez Sarsfield para este 2018, un equipo que nada más no levanta en la Superliga argentina.
El técnico Gabriel Heinze tomó la decisión de castigar a sus pupilos prohibiéndoles consolas y celulares para que no se distrajeran y descansaran mejor. Imposible que se echen aunque sea una partidita de FIFA. Tiene control sobre el tiempo que usan un móvil para que no se vayan a exceder. Si creían que eso era descabellado, aguanten, aún hay más. ¡También están obligados a llamarle “Míster”!
Todas esas medidas son un poco extrañas. Creíamos que esos castigos sólo nos los ponían de niños. Pero, si nos atenemos a resultados, ¿saben de qué ha servido su medida en Liniers? No de mucho.
El Fortín se ubica en el sitio 21 de 28 con 18 puntos en lo que va del torneo. Ya sin gamers en el vestuario, Vélez ha obtenido cuatro de 12 puntos disponibles y ha perdido su único juego en casa (0-2 contra Patronato). Con una cosecha de tres goles a favor y seis en contra, la cuota es pobre a la ofensiva y mucha a la defensiva.
Está a tiempo de corregir y concederles libertad para motivarse con videojuegos. ¡Que alguien le avise!
La “otra estrategia” de Gabriel Heinze en Vélez: prohibió la PlayStation y restringió el uso de celulares https://t.co/dUSSK8B0VJ pic.twitter.com/mwkTCQZ1hy
— LA NACION Deportes (@DeportesLN) December 29, 2017