La máxima preocupación para Valverde era evitar que las molestias musculares de Messi le acabaran desencadenando una rotura, es por eso que quiso cuidarlo y prefirió dejarlo en la banca. Sin embargo cuando veía que se le venía la noche con un 2-0, se vio obligado a sacar su as bajo la manga y meter a Messi para que lo resolviera con su magia.
Messi estuvo calentando en la banda, se le veía que estaba preocupado en los isquiotibiales de su pierna derecha, trabajando muy específicamente en esa zona y tocándose en repetidas ocasiones la parte de atrás del muslo derecho.
Y saltó al campo Messi con dos órdenes claras por porte de Valverde; evitar en la medida posible los sprints largos y los cambios de ritmo bruscos, algo difícil para el astro argentino ya que gran parte de su juego se basa en la rapidez en conducción y sus movimientos bruscos para dejar atrás a los rivales.
Se le vio en los 35 minutos que estuvo en el campo muy consciente de lo que hacía y hasta donde podía llegar, realizó algún sprint en conducción, pero de forma muy puntual, optando mejor por el pase antes que hacerla individual.
Messi pudo terminar el partido sin molestias reseñables, por lo que a partir de ahora tendrá unos días para recuperarse porque el partido de Champions contra la Roma está a la vuelta de la esquina.