La derrota en casa ante el Atlético de Madrid lo dice todo. Zinedine Zidane lo admite: “La Liga está acabada”. Matemáticamente todavía es posible. Él no cree que su equipo sea capaz de revertir los nueve puntos (pueden ser 12) que lo separan del Barcelona.
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Admite que la derrota es “un golpe muy duro”. Ser vencido en un derbi a domicilio es “jodido”. Asume por completo la responsabilidad. Es crítico con los suyos. Considera que “había que correr más”, no permitir que el rival entrara en el partido.
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Hoy cree en sus jugadores. Ahora se trata de “pensar en el próximo partido”. “El Madrid nunca se va a rendir”, asegura. Advierte que la próxima temporada “va a haber cambios”.
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