Se acabó la historia, como cuento de hadas gracias a deus pudo tener un final feliz. Heung-Min Son consiguió el Oro en los Juegos Asiáticos junto con sus compañeros, lo que significa decirle adiós al Servicio Militar obligatorio. Pocas veces han sido las ocasiones que estamos atentos a las hazañas, la de Sonny fue una de esas, evitó retirarse a temprana edad y atenerse a reglas tremendas por aproximadamente dos años.
Su sonrisa no tiene precio, es la felicidad detrás de todo el esfuerzo y dedicación para conseguir un objetivo. Aquellas lágrimas que dejó tras la derrota contra México no fueron en vano, ese pudo haber sido uno de sus últimos juegos como profesional, estaba en todo su derecho saltar y sentirse liberado, quitar una presión menos de su vida.
Como mexicanos no podemos negar que nos sentíamos destrozados, el corazón se le rompió a más de uno por saber su situación, desde ese momento todos nos convertimos en un Sonlieber más, no solo por mame, sino porque sabíamos de la calidad que tiene en los pies, además lo mucho que podría lograr en Inglaterra y con sus paisanos.
Corea del Sur le ganó 2-1 la final de los juegos Asiáticos a Japón, y Heung Min Son no puede más de alegria, con ese resultado logra evitar los 2 años de servicio militar y podrá seguir su carrera en el Tottenham sin ningún problema. ¡fútbol!pic.twitter.com/hVvXYLWb8I
— Anti-cules (@anti__culerdos) September 1, 2018
Apenas sonó el silbatazo final saltó y corrió por todo la cancha para desahogarse y festejar con la afición, con los suyos, no había de otra, en ese momento todo el futbol soltó la misma sonrisa, Sonaldo iba a seguir regalándonos su buen futbol semana tras semana. Sabía que estaría en FIFA 19 y no en el Gears Of Wars.
Nadie puede dudar que sus mismos compañeros le ayudaron, sabía que tocó el cielo gracias a ellos y al compromiso, porque a fin de cuentas todos tenían la misma misión, pero al mismo tiempo estaba en su futbol retirar o mantener al que podría ser uno de los tres mejores futbolistas de su país en la historia. Lo elevaron lo más que pudieron, Heung-Min no podía ni con sus propios sentimientos, parecía el entrenador de todos esos muchachos.
La revolución le hizo justicia, nos echó la mano en Rusia, pero nosotros no pudimos pagarle con la misma moneda, lo comprometimos desde ese momento, pero por suerte el karma existe y esta vez no fue para mal, el destino se encargó, posiblemente, de devolverle la felicidad y el sentido a su vida.
Puede ir a Corea sin esos fantasmas, solo a recibir la felicitación y la salvación de su presidente, para que después vuelva con los Spurs para reclamar su lugar en el equipo, a demostrar que cuando el panorama se pone feo solo uno decide si estancarse o salir adelante, bien dicen que la vida es como un elevador, a veces estas abajo y otras cuantas arriba, el chico se subió hasta llegar a la cima y probar las mieles de la gloria.