La bomba estalló a finales de mayo, en parte gracias a su labor de espía. Este miércoles la FIFA decide deshacerse de él y quitarle la posibilidad de volver a ocupar un cargo. Así, como de película.
Dirigentes y ex dirigentes de la FIFA cayeron poco a poco, la noticia sacudió al mundo y hasta Blatter, aun después de haber sido elegido en votación, desistió de seguir perpetuándose en el puesto. Aunque hasta ahora lo único que hay es un nuevo llamado a congreso para tomar decisiones.
Mucho se habló de Chuck Blazer, el ex dirigente del organismo que fue sorprendido en la comisión de actos corruptos y a cambio de protección aceptó colaborar con el FBI para develar lo que desde hace tiempo se sospechaba, especialmente sobre la elección de las sedes para los próximos mundiales. Este hombre acordó citas con dirigentes y presidentes de las federaciones durante los Juegos Olímpicos del 2012, llevó consigo un micrófono para recabar la evidencia.
En mayo fue acusado por las agencias federales estadounidenses de evasión fiscal y asociación ilícita, el ex dirigente se declaró culpable. Señalado por su arrepentimiento y culpabilidad de los actos que han ensuciado al futbol por años, su imagen estuvo en todas las portadas.
Este jueves el comité de ética de la FIFA anunció en un comunicado su expulsión de por vida y esta frase marca su fin dentro del futbol mundial: “(Blazer) fue un jugador clave en tramas que implicaron la oferta, aceptación y recepción de pagos, sobornos y comisiones no desvelados e ilegales, además de otras tramas lucrativas”.
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