Por: Farid Barquet Climent
La FIFA acaba de anunciar que en la final de mañana la selección argentina deberá portar su segunda camiseta —a la que algunos le llaman uniforme visitante, aunque ningún equipo en los Mundiales, salvo el que enfrenta al anfitrión, es propiamente visitante.
En virtud de que los once de Sabella no saltarán a la cancha enfundados en su clásico atuendo de rayas blancas y celestes sino en el alternativo, liso y de color azul más oscuro, han empezado a circular las especulaciones cabalísticas.
De las dos finales que han disputado las selecciones de Argentina y Alemania —México’86 e Italia’90— los pamperos se impusieron en la primera por marcador 3-2, en la que usaron su tradicional uniforme, mientras que los alemanes vistieron de verde. La elección cromática de los teutones no era caprichosa sino que tenía un significado: escogieron ese color para su indumentaria suplente desde varios mundiales atrás, en reconocimiento a la selección de Irlanda —que siempre ha vestido así— por haber sido el primer representativo nacional que aceptó jugar un partido contra la entonces Alemania Federal después de la segunda guerra mundial.
Para la segunda final en que alemanes y argentinos se enfrentaron, la de Italia’90, las vestimentas se invirtieron: los primeros jugaron con su habitual camiseta blanca con vivos que aluden a su bandera nacional, y los segundos con la azul marino lisa. En virtud de que los sudamericanos cayeron 1-0 gracias al penal inventado por el árbitro mexicano Edgardo Codesal y soberbiamente ejecutado por Andreas Brehme, algunos argentinos fatalistas, amantes de las cábalas, afectos a abrazar teorías conspiratorias, han regado las redes sociales de mensajes de acuerdo con los cuales la asignación de los uniformes para el partido de mañana es un ardid de la FIFA, orquestado para recrear el escenario de hace 24 años y no el de hace 28.
Traigo a cuento esta bizantina discusión, tan propia del futbol y su caudal de supersticiones, porque la camiseta toda en azul que los futbolistas argentinos portarán mañana tiene una historia —contada estupendamente por Andrés Burgo en la revista El Gráfico de Buenos Aires[1], cuya nota es el insumo fundamental de las líneas expuestas a continuación— que resultaría inverosímil en un presente como el nuestro, en el que abundan las camisetas réplicas de las que usan los profesionales, producidas en cantidades estratosféricas.
Resulta que un error de previsión de los responsables administrativos de la selección argentina, combinado con el azar, dejó al equipo que encabezaba Maradona sin uniformes para jugar contra Inglaterra en cuartos en cuartos de final. Durante el Mundial de México en 1986 El equipo que dirigía Carlos Salvador Bilardo no contaba con que en octavos de final tendría que enfrentar a Uruguay, nación platense que comparte colores tanto en la bandera como en la indumentaria futbolística con sus vecinos geográficos y archirrivales en las canchas.
Salomónicamente se decidió que aquella tarde en Puebla tanto uruguayos como argentinos usaran sus respectivos uniformes alternativos: argentina de azul y Uruguay de blanco.
Tras imponerse a los uruguayos (1-0), los argentinos debieron enfrentar después a Inglaterra en cuartos de final en el Estadio Azteca, es decir, no en una lluviosa tarde poblana sino a pleno sol y en una altitud mayor como la de la Ciudad de México. Entonces el entrenador argentino ordenó, a escasas 72 horas del compromiso contra los ingleses, que se consiguieran camisetas ligeras. Fue entonces que el señor Moschella, gerente deportivo del combinado pampero, se dio a la tarea de cumplir con el encargo del técnico, quien quería para su oncena “una remera calada, ‘con agujeritos’”[2].
Imagino entonces al gerente del equipo entrando en alguna de las tiendas ubicadas en Venustiano Carranza, la calle del Centro Histórico en la que se apiña el mayor número de establecimientos que venden artículos deportivos en toda la Ciudad de México, preguntando al dependiente si tiene 38 camisetas iguales para que dentro de dos días en una de ellas se enfunde el mejor futbolista del mundo y marque uno de los goles más soberbios de los Mundiales.
Una vez que Moschella logró hacer acopio de varios modelos en aproximadamente seis locales, regresó a la concentración del equipo y mientras los dirigentes, el entrenador y sus colaboradores veían las diferentes telas sencillamente confeccionadas que había podido adquirir, ocurrió la siguiente escena, cuyo relato dejo en palabras de Burgo: “Maradona pasó por el lugar y el técnico, como quien se rinde ante al anciano de una tribu, le pidió consejo: ‘Diego, ¿cuál te gusta?’. El 10 las miró, las palpó y sentenció: ‘Qué linda esta camiseta. Con esta le ganamos a Inglaterra’”[3].
Entonces el administrador regresó a la tienda que vendía las camisetas cuya muestra el crack eligió y adquirió las que le faltaban para completar al equipo, pero había que resolver otros problemas: colocarles el escudo de la Asociación de Futbol Argentino (AFA) y los números de cada jugador. El primero se resolvió gracias a un diseñador que, como afirma Burgo, “delineó un trazado bastante parecido al original, aunque en la prisa omitió los laureles que circundan la sigla AFA”[4]. El segundo se arregló con números que por su tamaño y color resultaban inusuales en equipos de futbol, como “el 10 plateado que inmortalizó Maradona”[5], ya que estaban originalmente destinados a plancharse en jerseys de fútbol americano.
Todo este avatar explica que tanto los dos goles más memorables de la vida de Diego Armando Maradona como la camiseta completamente azul que portaba cuando los realizó, fueron facturados en tierra mexicana, así que si la etiqueta “Hecho en México” ayuda a exorcizar los malos recuerdos que la casaca alternativa evoca desde la final de Italia’90, todavía estamos a tiempo de fletar un vuelo chárter a Río de Janeiro, cargado no sólo con las indumentarias necesarias sino también con nuestros mejores deseos para que la Copa Mundial se quede en nuestro continente.
[1] Burgo, Andrés, “Argentina jugará con camiseta azul: el recuerdo contra Inglaterra en el 86”, El Gráfico, Buenos Aires, octubre de 2013: http://www.elgrafico.com.ar/2014/07/11/C-5596-argentina-jugara-con-camiseta-azul-el-recuerdo-contra-inglaterra-en-el-86.php?volver=1&retorno=1
[2] Ibidem.
[3] Ibidem.
[4] Ibidem.
[5] Ibidem.