Por: Roberto Quintanar
La vida tenía una misión para aquel hombre que en 1939 debió huir de su país para salvar su vida: idear una forma de deportivismo para las personas limitadas en sus capacidades. Este personaje, llamado Ludwig Guttmann, llevó su profesión de médico más allá de los consultorios y los hospitales, lo que le llevó a crear los Juegos Paralímpicos.
Neurólogo por la Universidad de Friburgo, Guttmann pronto se convirtió en el neurocirujano más respetado de Alemania. Pero su vida dio un giro en 1933, cuando los nazis arribaron al poder. A sus 34 años, pasó de ser una de las más destacadas figuras de la medicina a ser un perseguido político. Las nuevas leyes sólo le permitieron trabajar en el hospital judío de Breslau, donde salvó la vida tanto a enfermos como a personas que escapaban del horror nazi.
A las puertas de la Segunda Guerra Mundial, Guttmann pudo escapar gracias a que el ministro de Relaciones Exteriores Joachim von Ribbentrop lo había enviado a tratar a un paciente conocido en Portugal. En su regreso, se le permitió pasar por el Reino Unido, donde fijó su residencia al ser aceptado como refugiado en la ciudad inglesa de Oxford.
En Inglaterra, Ludwig pudo continuar con su carrera como neurólogol El gobierno británico le encomendó la tarea de fundar y dirigir el Centro Nacional de Lesiones de la Médula Espinal en el Hospital Stoke Mandeville, donde trató mayormente a personal militar que había sufrido lesiones durante la Segunda Guerra Mundial.
Guttmann consideraba que una parte integral de la recuperación de los pacientes era la actividad deportiva. Por ese motivo, el médico decidió organizar los Juegos Deportivos de Stoke Mandeville para personas con discapacidad, o Juegos Parapléjicos, los cuales coincidieron con los Juegos Olímpicos de Londres 1948.
Con el pasar de los años, los Juegos de Stoke Mandeville se internacionalizaron y comenzaron a crecer como la espuma en el número de participantes. Impresionados por la capacidad de Guttmann de crear una nueva rama dentro del movimiento olímpico, los miembros del Comité Olímpico Internacional pronto comenzaron a acercarse para hacer que la competición paralela se realizara en la misma sede de los Juegos Olímpicos, algo que ocurrió por vez primera en Roma 1960. El médico vio así cumplido su sueño, que era también el sueño de muchos deportistas.
Ludwig Guttmann falleció el 18 de marzo de 1980, dejando un legado que perdura hasta nuestros días: los Juegos Paralímpicos, que año con año reúnen a cientos de miles de atletas que no sólo persiguen el sueño de la gloria, sino que sirven para un ejemplo para otras personas que sufren alguna discapacidad.