A lo lejos del Río Oría, entre las colinas del Valle Guipúzcoa, se encuentra la localidad de Tolosa. País Vasco que entre su gente resguarda al hombre que cambió la forma de entender el futbol. Juan Manuel Lillo no es un hombre común. A sus 16 años, la vida le dio una gran lección.
Las últimas hojas de otoño sepultaron los sueños de aquel pequeño niño vasco, pero con esas mismas, forjó su carácter para seguir adelante en el limbo del futbol. Su filosofía se trazó en los polvorientos campos del Amaroz Ke, para así seguir en ascenso hasta las inferiores del Tolosa C.F. Su mano se comenzó a sentir cuando ascendió al equipo a categoría nacional, y posteriormente salvara al Primer Equipo de Tercera División.
Con 26 años, Lillo tomó las riendas del Salamanca, entonces en Segunda División B. Apenas tres temporadas más tarde lo había colocado en Primera División para convertirse en el entrenador más joven en la Liga. Su prestigio trascendió fronteras. Dirigió a equipos como el Zaragoza, Almería, Real Sociedad y Real Oviedo.
Una noche de 1996, tras un partido en Oviedo frente al Barcelona, un hombre de mediana estatura tocó la puerta del vestíbulo del estadio Carlos Tartiere.
Juanma no sabía que esa misma noche comenzaría a escribir su mayor hazaña en la historia del futbol. Guardiola, deseoso de probar el sistema de Lillo, planeó proponer al tolosarra para dirigir al Barcelona. Pep iba ser director deportivo en la candidatura de Lluis Bassat. Al final, ganó Laporta.
Más tarde, el tiempo se encargó de juntarlos en la misma aventura. México se convirtió en el lugar predilecto para entrenar al mejor de sus alumnos. Los campos de Dorados fungieron como templo de enseñanza para Guardiola. Una y otra vez repasaban el sistema, hablaban el mismo lenguaje; estaban hechos el uno para el otro.
El sueño terminó con un fracaso de Lillo, pero con un éxito fulgurante de haber sembrado una gran semilla en la cabeza de Pep.
Juan Manuel Lillo le confió su más grande secreto al joven aprendiz; la filosofía que predicó puede fallar, pero los más importante es mantener un proceso.
La más grande hazaña de Juanma no está en los campos de futbol, está en la mente de uno de los técnicos más grandes de la historia, Pep Guardiola.
Hoy, a 49 años de su nacimiento, en juanfutbol recordamos a Juan Manuel Lillo, el hombre que cambió la forma de jugar al futbol.