Por Alejandro Miranda
El mundo del futbol siempre da muchas vueltas, unas para bien otras para mal, pero de lo que no cabe duda es que dejan anécdotas para el recuerdo, como la de Raúl Jiménez y su pasado Cementero.
Así es, el buen Rulo pudo llegar a ser jugador de Cruz Azul. En entrevista para Marca Claro, confesó que de pequeño apoyó a La Máquina por tradición familiar y porque también vivía en Hidalgo.
Su padre confesó que a los seis años estuvo tres o cuatro meses en la Ciudad Cooperativa de Cruz Azul que quedaba muy cerca de su natal Tepeji del Río; aunque por motivos de trabajo, tuvieron que mudarse a la CDMX donde el objetivo era entrenar en La Noria, pero quedaba muy lejos por lo que tuvo que irse al Nido.
Aseguró que le costó trabajo adaptarse a los colores del América porque siempre se le inculcó, aunque eso sí, poco a poco se acostumbró, tanto que le agarró cariño.
Raúl, en tono de broma, añadió que tiene un vecino de la Directiva Celeste que siempre le dice que por qué no le aseguraron su futuro y desde luego también el contrato.