La constructora brasileña OAS puso a la venta los estadios construidos en Natal y Salvador para el Mundial de 2014. Esto debido a la mala situación económica que atraviesa luego de una serie de escándalos de corrupción por su participación en Petrobras, la empresa petrolera del Estado.
Además de los estadios, venderán diversas empresas y activos, entre ellos el 50% del Fonte Nova de Salvador que costó 185 millones de dólares. En el Arena das Dunas de Natal se invirtieron 185 millones de dóalres.
La venta de los estadios de Salvador y Natal se suma a la crisis de otros estadios del Mundial de Brasil, que han tenido que buscar alternativas para financiarse debido a que no tienen un calendario regular de partidos. Entre ellos, el estadio de Brasilia, el más caro del Mundial, acoge las oficinas de tres Secretarías del gobierno regional; usa su estacionamiento para aparcar autobuses públicos y también ha celebrado otros eventos ajenos al futbol como bodas colectivas.