14 de octubre de 2006. Chelsea enfrenta a Reading en el Madejski Stadium. Petr Cech corre para atrapar un balón, y al hacerlo, recibe un rodillazo en la cabeza por parte de Stephen Hunt.
El checo se queda inmovil en el pasto y los para médicos intentan reanimarlo. Finalmente, el guardameta de 24 años tiene que salir del partido. José Mourinho decide meter a Carlo Cudicini, arquero suplente, que a la postre también resultaría lesionado en el encuentro.
Los doctores llevan a Cech al vestuario. La ambulancia no llega. Mourinho se muestra preocupado por su jugador. ¿El resultado? fractura de cráneo. Una condición crítica. Si sobrevivía, había una gran posibilidad de que tuviera que abandonar el futbol.
El diagnóstico decía que estaría fuera por un año, pero regresó en tres meses. Lo hizo usando una prenda atípica para un futbolista: un casco de rugby. Requisito ordenado por los doctores si deseaba volver a jugar.
Hoy, a diez años del incidente, Petr Cech defiende la portería del Arsenal. La amenaza se ha ido. El casco continúa. La protección convertida en moda. La seguridad ante todo.