Por Mario Pasten
MARADONA APLICÓ LA MANO DE DIOS PARA LUEGO HACER EL GOL DEL SIGLO EN EL MISMO PARTIDO
¡El día que lo cambió todo! Un 22 de junio pero de 1986, Diego Maradona hacía un partido para los libros de historia contra Inglaterra en el Mundial de México. Los aficionados en el Azteca fueron testigos de un acto que marcó en el futbol para bien.
Se jugaban los cuartos de final en el Azteca, Argentina e Inglaterra se enfrentaban en busca de un pase a la siguiente ronda de la Copa del Mundo. El primer tiempo tuvo pocas acciones, pero el Diego ya amenazaba con armar una fiesta de las grandes.
Para el segundo tiempo, la Albiceleste buscó la ventaja desde los primeros minutos, pero un partido atascado como se vivía ese día en el Azteca solo lo podía zafar una picardía latinoamericana. Después de un rebote que ocasionó Valdano, el Diego le ganó la pelota dividida al arquero en un acto que parecía imposible. El gol no lo anotó Maradona, fue La Mano de Dios.
Después de anotar el gol con la mano, el Diego se inventó una genialidad que sólo él podía hacer. Maradona agarró la pelota en la media cancha, y se empezó a desparramar a los defensas ingleses como si fueran conos, llegó hasta el área, se deshizo del portero y empujó el balón en las redes. En un solo partido demostró que puede ser el más mañoso dentro de la cancha, pero también el más habilidoso.
Argentina ganó ese partido, literal, de la mano de Maradona. Después se cargó al equipo para alzar su segundo campeonato mundial y poner el nombre de El Diego en lo más alto del futbol.