Por: Rubén Ramos Martínez
Amigos juanáticos en nuestro querido fútbol podemos ver a todo tipo de jugadores, desde los que siempre están riendo o sacando uno que otro chascarrillo en la cancha hasta los que con sus actitudes arrogantes con y sin la playera, provocan el rechazo de la afición. Aquí un top de aquellos futbolistas que no le piden nada a los mirreyes de la condesa.
El Pleititos Reyna era un jugador destacado en América pero sus actitudes lo fueron comiendo hasta terminar jugando en la Liga de Ascenso. Con frases celebres como aquella de “Tenemos un capitán de agua y una defensa de plástico” demostró esa actitud antideportiva que lo dejó fuera del equipo. También jugó en Chivas donde pasó sin pena ni gloria.
Impactó en la liga inglesa con el Arsenal y el City pero se subió a un ladrillo y terminó en el piso. Haciendo berrinches cuando salía del campo, se negaba a jugar partidos que consideraba no iban de acuerdo a su nivel o jugando sólo para sí mismo, fueron las actitudes que Laurent Blanc no toleró y lo dejó fuera del Mundial de Brasil 2014, lo mismo sucedió con Guardiola quien lo echó del equipo. Sabemos que hoy en día está en Sevilla, donde al parecer recibió ese golpe de humildad que necesitaba, provocando un cambio en su actitud como futbolista.
Hace 10 años nos hicieron creer que era el próximo Hugo Sánchez pero sólo quedó en eso, en una promesa, de esas que un novio infiel hace a su novia. Nos regaló una joya en aquella conferencia de prensa que todos recordamos “La diferencia es que yo estoy en Europa y tú estás aquí“. Fue un jugador de chispazos, sólo eso.
Un futbolista con grandes cualidades demostradas dentro del campo, fue llenado de elogios, mismos que terminaron siendo su perdición. Se volvió un futbolista conflictivo dentro del campo y desobediente fuera de él, descuidando su forma física que hoy en día lo tiene con unos kilitos de más. Tal vez pensó que los elogios lo mantendrían en la élite, pero como nos ha pasado en la escuela a fin de semestre, por confiado ahora está contra reloj por recuperar lo perdido.
Neymar es ese compañero de escuela que siempre quiere hacerse el gracioso a cualquier costo. Es ese que si tú haces algo te contesta “ah si pues yo lo hice mejor” “o “yo lo hice más”. Dentro de la cancha parece que nadie lo puede tocar y fuera de ella demuestra esa misma conducta. Se fue de Barcelona porque su ego ya no le permitía ser opacada por Messi o Suárez pero llegó a París donde se encontró con Cavani.
Tal parece que el apodo de El Rey se le subió a la cabeza, se creyó lo de rey convirtiéndose en un jugador desobediente, bajó de rendimiento en el Bayern y en su selección. En Chile se le conoce por ser la mala influencia y sonsacar a sus compañeros llevándolos a fiestas y escapando de concentraciones. Lo culpan por el fracaso chileno al quedar eliminados del mundial.
Mario Balotelli, un futbolista excéntrico que se creía más de lo que es como futbolista. Se las arregló para jugar en el Inter, Milán y el City e incluso ser seleccionado nacional, pero despertó de su sueño después de que su manera de comportarse en su entorno lo hundió. El Niza es su equipo actual, los reflectores ya no están sobre él pero todos los juanaticos recordamos todas esas cosas que ensombrecieron su carrera. Su festejo más llamativo también lo recordamos, ese que muchos han imitado en la reta, con nuestro equipo los domingos o en el FIFA.
Siempre polémico y nunca desapercibido Zlatan Ibrahimovic se ha convertido en ese jugador bulleador que saca de quicio a cualquiera, a veces burlón en sus declaraciones hace gala de ese egocentrismo que lo caracteriza. Un claro ejemplo, es su declaración cuando fichó por el Paris Saint Germain “No conozco a ningún jugador de la liga francesa, pero todos ellos saben quien soy yo“.
No podía faltar Cristiano Ronaldo, conocido por su necesidad de protagonismo dentro de la cancha ,ha realizado varias acciones que tanto a aficionados propios como ajenos nos han provocado alguna reacción, puede ser de risa o de enojo pero no pasa desapercibido. Sabiéndose de los mejores jugadores de la historia toma esa actitud que conocemos como “creerse la última coca del desierto” y así se comporta, dejando ver que el es superiror a todos, incluso a sus mismos compañeros. Amado u odiado, nada cambiará al gran Cristiano Ronaldo.