Javier Hernández tiene ante sí la oportunidad que siempre esperó. La que se cansó de pedirle a Carlo Ancelotti, mientras él lo miraba con una sonrisa burlona. Los astros se alinearon. Será titular en el partido más importante de la temporada para el Real Madrid.
La mayoría de los jugadores estarían muertos de miedo. Lo que se juega el mexicano es “nada más” su futuro en el Real Madrid. Una buena actuación sería fundamental para que los merengues abran la chequera y lo compren. Una mala presentación lo mandaría directo a un club de bajo perfil.
Javier puede romperla hoy. Tiene todo para hacerlo y en juanfutbol te presentamos cinco motivos por los que esto sucederá.
Está James Rodríguez
Javier es uno con James Rodríguez y otro sin él. La mejor versión del mexicano aparece cuando el colombiano está en la cancha. No es coincidencia que sus horas más bajas hayan coincidido con la baja por lesión del cafetalero. Ambos se entienden de maravilla. Si el ex del Mónaco anda bien, el ex del Manchester United andará mejor.
Aparece en momentos importantes
Chicharito nació con estrella. No importa qué tan complicado luzca el partido. Si él recibe una oportunidad -como sucede hoy- la aprovecha. Un rebote, un tiro de fuera del área, un cabezazo, un nucazo o hasta un lengüetazo mágico son suficientes para que cambie el destino del partido. El mexicano aparece cuando más se le necesita. Su mentalidad es así.
Su estilo de juego complica a la defensa rival
El mexicano no tiene ni la mitad de la técnica o de la clase de Benzema. A cambio ofrece el doble o triple de movilidad, oportunismo e inteligencia. Tiene esa magia que lo coloca justo donde caerá el rebote. Sabe leer el movimiento de los defensores contrarios y distraerlos. En el momento menos esperado -y más necesario- se mueve ligeramente y queda sin marca. El balón pasa en esa zona y, ¡pum! ¡gol!
Sabe que se juega su futuro
Hernández lleva semanas rogando por esta oportunidad. Lo gritó a los cuatro vientos, Ancelotti lo escuchó y empezó a darle juego para que llegara con ritmo a esta cita. Para un delantero no hay nada más importante que la confianza. Él la tiene en su punto más alto. Fallar no aparece en su mente y menos en un momento tan importante para él y para los 'merengues'.
Ha evolucionado
Más allá de que sigue siendo un oportunista en el área, su estilo de juego ha evolucionado. Mientras estuvo en Manchester era muy extraño verlo fuera del área -y cuando pasaba era para sufrir. Hoy es capaz de marcar dentro y fuera de la zona cercana a la portería o de dar una asistencia -¿verdad, Cristiano?- que signifique una anotación para los suyos.