México llegó a su debut ante Polonia lleno de incertidumbre, después de ver cómo Argentina cayó sorpresivamente ante Arabia Saudita. Pero al final empataron sin goles, todo gracias a “Ricitos” Ochoa.

Pues el equipo tricolor del Tata Martino sabía que todo podía pasar ante los polacos con estos inesperados resultados.

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A pesar de ello, el Tri Juanáticos, no se dejó amedrentar y se jugaron el todo por el todo y mostraron superioridad ante los europeos desde el primer minuto.

Pero seamos realistas, lo que se necesitaban eran goles y estos, al menos en el primer tiempo, no se dieron. Ya que a pesar de que los aztecas intentaron anotar en el arco rival, el tino, como ya es costumbre, no fue su mejor aliado.

Así se la pasaron todo el primer tiempo. Sí hubo jugadas que daban esperanzas pero al final quedaban en el famoso “ya merito”.

México vio la luz en el segundo tiempo

Pero para el segundo tiempo, el Tri mostró otra cara. Fueron sin duda más agresivos. Pese a las carencias y lentitudes que tuvieron los aztecas en la defensa y media cancha con los Héctor, eso no acabó con su ímpetú.

Fue al minuto 53, cuando Robert Lewandowski se hacía presente y sobre todo letal para el Tri. Después de que Moreno, provocara una falta, y acabara en penal en contra de los aztecas.

Con la presión al tope, a diferencia de otras ocasiones Paco Memo, sacó toda la experiencia aflote y dio un golpe sobre la mesa que cimbró a los polacos. Esperó a Lewandowski a tal grado que terminó deteniendo el ¡MALDITO PENAL!

Y esto le dio nuevos aires a los tricolores. ¡HABEMUS CAPITÁN!, Memo les demostró que nadie podía detenerlos, ni aunque fueran europeos.

No dejaron de insistir el resto del encuentro, Polonia comenzó a replegarse, pero nada les funcionaba. Y al final el marcador finalizó sin anotaciones en un duelo muy cerrado entre ambas selecciones.