Desde el minuto uno, tanto croatas como marroquíes sacaron sus mejores armas y jugaron como si se les fuera la vida en ello.
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Sin duda el estadio Internacional Jalifa fue parte fundamental de este duelo pues parecía que los marroquíes eran locales, ya que acapararon la mayor parte de los boletos y se hicieron escuchar.
Chiflidos y todo se escucharon en todo momento contra los croatas, y más cuando al minuto 7, los europeos fueron los encargados de abrir el marcador. Fue gracias a Josko Gvardiol, los croatas abrieron el marcador.
Todo parecía que se empezaría a demoronar para los de Marruecos, cuando Achraf Dari decidió darles vida de nuevo. Y al minuto 9, consiguieron igualar el marcador el cual consiguieron mantener un buen rato.
Los constantes ataques de los muchachos de Regragui se acrecentaron, volvían a sacar la garra a la que nos tienen acostumbrados y así siguieron hasta que los croatas los tomaron por sorpresa.
Fue al minuto 42, antes de que se fueran al descanso, cuando Mislav Orsic los tomó por sorpresa y acabó con las redes de Bono. Quien por más que lo intentó no logró detener los embates europeos.
Croacia los dejó con las manos atadas
Para el segundo tiempo, las faltas estuvieron a la orden del día, pero extrañamente los tarjetones amarillos no. El silbante fue más que benevolente con ambas escuadras y les pasó más de una.
Incluso hubieron dos jugadas, allá por el minuto 70, cuando los croatas pedían un penal, y no se les dio. Minutos después pasó lo mismo para los africanos, y de igual forma no se marcó nada.