¡Más que solo un partido! Para cerrar la jornada dominical en la Liga, el Benito Villamarín se vistió de verde para recibir una edición más del Derby Andaluz entre el Betis y el Sevilla. Con Guardado en la cancha, el partido terminó empatado a un gol y con una fiesta de faltas y de tarjetas.
En un partido donde se juegan más de tres puntos, Pellegrini tomó la decisión de mandar a Guardado a la banca, y como buen derby, cada balón se jugaba como si fuera el último. En el primer tiempo, tanto Sevilla como Betis terminaron con 10 hombres, Montiel por parte de la visita y Fekir por parte del verdiblanco.
Betis pegó primero
Antes de irnos al descanso, Navas quiso despejar una pelota, de manera errónea, la bola fue hacia la portería de Bono que no pudo sacarla, y anotaba un autogol. Betis se adelantaba con un poco de suerte.
Guardado entró al 58’ después de una segunda expulsión del Betis, Borja Iglesias cometió un error y también se fue temprano a las duchas. En un esfuerzo espectacular con nueve hombres, el verdiblanco aguantó todo el segundo tiempo con la desventaja numérica, hasta los últimos minutos.
Se empató con un golazo
Con Andrés en el campo, el Betis aguantó muy bien en la línea defensiva, y era difícil que el rival tocara el área. Fue al 81’ que el serbio Gudelj prendió un zapatazo desde tres cuartos de cancha que se colgó de la escuadra del local. Un auténtico golazo que les hizo dividir puntos en un partido lleno de faltas, en total hubo 26 infracciones y 12 tarjetas repartidas entre los dos equipos.
El empate le sirvió de poco al Sevilla, que sigue en la parte baja de a tabla, y aunque suene difícil de asimilar, en peligro de descender al final de la temporada.
Guardado sigue siendo factor con el Betis, y mientras siga sumando minutos así de buenos, contra Polonia, nuestro capitán será un avión y aportará demasiado al esquema del Tata que veremos en Qatar.