La tormenta eléctrica apareció en el momento menos indicado, justo cuando parecía que Pumas o Morelia podían ganar, la naturaleza se hizo presente. Emociones no faltaron para arrancar el Viernes Botanero, como siempre hubo un jugador que resaltó en la cancha, y sí, es de Pumas.
Alfredo Saldívar se encargó de dar la cara por su equipo, tuvo una actuación destacada cuando se le necesitó. Resolvió tres mano a mano, arriesgó el físico en toda jugada; como buen soldado no podía quedarse sin recibir marcas de guerra, un golpe en el estomago que se llevó al defender su portería.
Parecía que estábamos frente a Manuel Neuer, por momentos aplicó la de jugar como último defensa y sacar las papas del fuego. Hasta las jugadas que ya habían sido anuladas las defendió como si de eso dependiera su vida. La buena racha de Pumas parece subir como la espuma, pero como siempre gracias al Pollo que no se cansa.