Cuando se anuncia un fichaje prácticamente se da por hecho que sucederá. Pero a veces hay situaciones que impiden lo que ya parece seguro. Hoy día, Rodolfo tiene la oportunidad de darle un giro al tema de traspasos en el futbol mexa.
Es una historia diferente de las que acostumbramos escuchar en la Liga MX. Pizarro todavía no es jugador de Rayados. Por más que en Chivas se cansen de decirlo y de presionar al chaval, simplemente no logran hacerlo firmar.
Ahora que se dijo adiós al Pacto de Caballeros, la forma de operar transacciones debe darle mayor autonomía al jugador para decidir su destino. En este caso, el crack Pizarrín puede marcar un antes y después si se niega a estampar la poderosa en el contrato.
Además de poner a los clubes en jaque, el muchacho podría ser el primer futbolista en hacerse respetar sin ser tratado como moneda de cambio. Quien tiene la última palabra sobre su futuro es él. ¡Sería un revolucionario!