A Diego Simeone parece no molestarle el mal momento que atraviesa su club (se encuentran sextos, a nueve puntos del Real Madrid), ya que en esas situaciones es cuando más cómodo se siente.
“(Tengo) las mejores (sensaciones), porque cuando se presentan dificultades me siento mucho más presente, mucho más en mi hábitat, posiblemente porque nací con esas situaciones y los desafíos me encantan. Evidentemente, no soy tonto. Entiendo que tenemos que mejorar . Esto me moviliza a un desafío continuo que te tiene la vida, que el ayer no importa y que siempre importa el hoy, y que el destino será el que nosotros queramos elegir, con trabajo, con constancia y sin duda con una fuerza de voluntad increíble”.
Y es que ser entrenador no es fácil, pues quita tiempo con la familia: “Vos pensar que hace cinco años que no veo a mis hijos todos los días; eso no quiere decir nada posiblemente para algunos, pero para mí sí”, dijo en conferencia de prensa.
Sin embargo, la cuestión no es jugar de cualquier manera, sino hacerlo con espectacularidad: “Lo más bonito que tiene este juego del fútbol es transmitir emociones. Después se puede ganar, se puede perder, se puede empatar, pero creo que lo más importante y lo que te queda en el registro son las emociones que vos puedas transmitir a tu gente y a tu club”, recalca.
Es por esa forma de pensar que durante su estancia en el club ha ganado una Liga, una Copa del Rey, una Supercopa de España, una Europa League y una Supercopa de la UEFA, además de convertirse en el el vecino incómodo del Real Madrid.