El dolor, la negación, la rabia y la búsqueda de los porqués. Moisés Santos, jugador del Chapecoense a quien una lesión privó de viajar a Colombia para la final de la copa Sudamericana, ha encontrado en el piloto del vuelo 2933 de LaMia, Miguel Quiroga, al principal culpable de la desgracia que se llevó a prácticamente todos sus compañeros.
“Mis amigos fueron asesinados. Eso no fue un accidente”, aseguró en entrevista con el diario británico Daily Mail.
“No puedes esperar mucho de los seres humanos. Ese tipo que llevaba a los jugadores de Chapecoense destruyó muchas familias, él destruyó la ciudad entera de Chapeco. Para Chapeco, recuperar todo lo que estábamos viviendo llevará mucho tiempo”, añadió.
“Muchas personas en Chapeco dependían de los jugadores, de las familias de los jugadores… ¿y ahora qué van a hacer? Esta es la pregunta que todo el mundo está preguntando, ¿qué va a pasar con las familias?”, continúo.
Con una rabia sacada como de una olla exprés que libera sus válvulas, Santos prosiguió:
“El club se levantará otra vez. Pero pasarán años y años y nunca habrá un equipo como este Chapecoense que conquistó el mundo. Él destruyó todo eso”.
“Toda esta buena voluntad, y los tributos que están sucediendo en todo el mundo, nadie y nada podrán devolverlos (a la vida)”, dijo con un tristeza.
Moisés Santos confesó que al momento de lesionarse, expresó: “¿Por qué a mí, Dios?”, pero luego agradeció que eso salvara su vida.