Luis Figo pasará a la historia como uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, pero también como uno de los más recordados traidores.
Hace 16 años, el portugués era socio y accionista del Barcelona. En varias ocasiones había declarado que amaba al club. Sin embargo, Florentino Pérez lo quería a como diera lugar y prometió llevarlo en caso de ganar la campaña electoral del Real Madrid.
El 24 de julio del 2000, Figo fue presentado en el Santiago Bernabéu, y los culés no se lo perdonaron. La siguiente vez que lo vieron le aventaron muchas cosas, entre las que se encontraba una cabeza de cerdo.
Ha pasado el tiempo y Figo aún tiene una razón muy fuerte para amar al Barça: dos de sus hijas son aficionadas de los catalanes. Por lo menos así lo reveló a la Cadena COPE
El enemigo vive en casa, recordandole el momento en que las botellas golpeaban sus pies y el pasto se convertía en un matadero de ganado.