Llegó en el verano de 2000. Pasaba por el mejor momento de su carrera. El Valladolid se lo llevó a préstamo del América. Él quería triunfar. Semanas después vino la dura entrada de Ancil Elcock ante Trinidad y Tobago y su ausencia durante un año. Siguió en España durante los siguientes 10 meses. No jugó demasiado. Volvió a México. “No me tuvo confianza”, dice al referirse a su entrenador en ese club.
El mencionado se llama Pepe Moré. Fue su estratega durante las dos temporadas que estuvo en la institución. En la segunda disputó 20 partidos, apenas tres completos y marcó tres goles. “Sí hubiera triunfado”, asegura en entrevista para AS.
También revela su gol favorito; el que le marcó a Bélgica en el Mundial de Francia '98. Presume que “nunca me guardé nada” en la cancha. Entre risas confiesa que sólo cambiaría su “temperamento” porque “golpeaba a mis adversarios”.
Para el América tiene elogios. “Es mi segunda casa. Es todo”, afirma. Resalta los amigos y los buenos momentos que dejó en la institución.
Respecto a su futuro expresa que “me gusta la política, pero como entrenador lo disfrutaría toda la vida”. Sueña con hacerse cargo de la Selección Mexicana para pelear “de tú a tú” contra otros combinados.
Finalmente pronostica que El Tricolor hará un gran papel en la Copa América Centenario. “Le irá muy bien”, sentencia.