Hace casi un año que dejó su casa de toda la vida. De Móstoles a Madrid y a Oporto. Reconoce que era necesario el cambio de aires. En lugar de lanzar dardos, prefiere hacerse cargo. “José Mourinho no fue el culpable de mi salida”, revela Iker Casillas.
Explica su situación dentro del Real Madrid como “viciada”. Le cuenta a TVE no tiene “ninguna cuenta pendiente”. No guarda rencores, pero sabía que tenía que irse del equipo tarde o temprano. “No me sentía bien porque yo quería jugar”, añade. Era una cuestión de “salud mental”.
Para su ex entrenador no tiene palabras de odio. Al contrario. Recuerda que “cuando salía a una rueda de prensa y defendía al Real Madrid lo hacía perfectamente bien”. Se trataba de que alguien tomara ese papel. Sobre los resultados, admite que con él “conseguimos el plus de empezar a competir con los grandes de Europa”.
El problema en la Era Mourinho fueron los Clásicos. Hace mención específicamente de los disputados en la Temporada 2012-2013. Reconoce que “fue un año difícil pero la relación siguió siendo buena”. Presume que “a lo mejor no le sentó bien que hablase con alguien del Barcelona”. Iker sólo quería “rebajar la tensión de la Selección”. Al final era capitán en el club y en el combinado.
Con La Roja ha conseguido dos Eurocopas y un Mundial, más que cualquier otro portero. Considera que hasta 2008 nadie creía en España. Sabe que “el momento son los penaltis ante Italia”. A partir de ahí todo cambió. Dos partidos después llegó el título ante Alemania, dos años después el Mundial y en 2012 el trofeo frente a la azzurra.
Hoy es Vicente del Bosque el encargado del equipo. Iker le está especialmente agradecido. Lo puso a jugar en el Real Madrid y lo mantiene en la Selección. Le tiene un afecto especial. “Me duele que mucha gente del Madrid no valore lo que es, después de más de treinta años en el club”, finaliza.