Se acabó la Era Tuca en la Selección Mexicana. La más dulce que se recuerde en mucho tiempo. Una de las pocas que no termina mal. Si fue distinta al resto, quizás debería continuar. Aquí hay cinco razones para demostrarlo:
Acabó con el mito de ser un DT defensivo
Ante Trinidad y Tobago, Argentina y Estados Unidos tuvo un promedio de casi tres goles marcados por juego y poco más de dos recibidos. Tildado de defensivo, acabó con la teoría al meter a tres atacantes naturales de inicio ante la Unión Americana.
Hizo menos corajes que con Tigres
Las mentadas de madre a la prensa se acabaron. Los berrinches en pleno partido, también. Ricardo se divirtió. No tenía mayor presión y se notó. Como nunca, estuvo relajado. Disfrutó su etapa al frente del equipo.
México jugó mejor que en mucho tiempo
Tuca demostró su inteligencia para planear partidos. Puso a los jugadores donde mejor se sentían. Ellos lo notaron y respondieron. Más allá de terribles fallas defensivas, el equipo jugó suelto. Desde el Mundial no se veía a un combinado jugando de tan buena manera.
México le volvió a ganar a Estados Unidos
Vencer al odiado rival te garantiza pasar a la inmortalidad. En 2009 México llevaba varios años sin lograrlo. Con Javier Aguirre lo goleó en una final y la Selección revivió de cara a la Eliminatoria Mundialista. A José Manuel de la Torre se le perdonaron sus malos modos por el 4-2 en 2011. Ricardo se ganó a la afición con el 3-2 del fin de semana pasado.
Terminó invicto
De cuatro partidos -tres amistosos- México no perdió ninguno. Para cualquier entrenador eso sería garantía de continuidad en el puesto.