Por: Andrés Araujo
Friedrich Nietzsche desarrolló en 1870 el concepto del superhombre; aquel que vio la luz 108 años después.
La voluntad de poder es el motor principal del hombre: la ambición para lograr sus deseos. El superhombre genera su propio sistema de valores identificando como bueno todo aquello que procede de la voluntad de poder; es decir, es aquel que lucha por sus objetivos y, a fin de cuentas, llega a ellos. El superhombre es el sentido de la tierra, no cree en las cosas que prometen las religiones después de la muerte -sólo cree en lo que puede ver- y es un ser que, ante todo, razona. El superhombre es alemán, pero nació en Opole, Polonia.
Miroslav Klose arribó a Brasil con una voluntad de poder tremenda. A sus 36 años, la tierra carioca podía ser su última oportunidad para ubicarse a la altura -o más allá- del gran nombre propio en el santoral de los depredadores del área: Ronaldo. Aquel robusto brasileño inequívoco portador del número nueve dejó atrás la marca de Gerd Müller (14 goles) y se ubicó con quince tantos como el máximo anotador en la historia de los Mundiales.
El polaco nacionalizado germano siempre fue un goleador cumplir aunque nunca estratosférico a nivel de clubes, a diferencia del apodado Fenómeno. Vistió las camisetas del Kaiserslautern (1999-2004: 52 goles en 147 partidos), Werder Bremen (2004-2007: 63 goles en 127 partidos), Bayern Múnich (2007-2011: 52 goles en 149 partidos) y más recientemente con la Lazio (2011-2014: 37 goles en 86 partidos). La historia cuando luce los colores de la Mannschaft -no es necesario que se ponga la playera; la lleva tatuada- es similar: desde que fue convocado por vez primera (2001) 'Miro' ha disputado amistosos (23 goles en 58 partidos), eliminatorias rumbo a Eurocopa (16 goles en 23 partidos), tres Eurocopas (3 goles en 13 partidos), eliminatorias mundialistas (13 goles en 19 partidos) y tres Mundiales (15 goles en 20 partidos). El total es de 70 goles en 133 partidos.
Klose entiende a la perfección el sentido del fútbol y el sentido de ser delantero. El estar a la hora indicada en el momento indicado para únicamente permitir que la pelota bese las redes. Es un catedrático que generosamente imparte clase cada noventa minutos -o lo que Joachim Löw disponga-. Klose no cree en lo que venga después de la muerte; cree en el ahora, y el ahora es el gol. Sobra decir que Miroslav, ante todo, razona cuál es la vía más rápida para llegar al arco, y siempre acierta.
Cuidado, Ronaldo. Los récords no están para romperse; están para que Klose los rompa.