Por: Ángel Armando Castellanos | @aranha_azul
Se terminó el verano para México y ocurre ganando la Copa Oro. Para el triste recuerdo quedarán las ayudas arbitrales en cuartos de final y en semifinal. Afortunadamente, no todo es malo en el triunfo. Para muestra, tres razones.
La Copa Confederaciones sigue al alcance
El futbol de México no fue el mejor, pero hay tiempo para recomponer cosas. El 9 de octubre se jugará la verdadera final. Estados Unidos es el rival y de ganar el verano quedará como un mal recuerdo.
Habrá estabilidad en el banquillo
Salvo un milagro, México continuará con el mismo entrenador. Miguel Herrera tendrá tiempo para reflexionar. Sin presiones, podrá entender qué hizo mal y cambiar eso que enturbió su proceso. De aquí al otoño de 2016 tendrá que reinventarse.
se recupera la credibilidad
Desde el 0-0 con Guatemala México empezó a perder credibilidad. Los bonos del equipo bajaron conforme fueron pasando los partidos. Jamaica lucía como un rival capaz de ganarle. Si había un partido para recuperarse era este. Vencer así al equipo con mejor juego de todo el torneo es un bálsamo.