El adiós de Xavi es el adiós a una generación. “Es el momento de irme”, clamó. Y cómo discutirle si ya le ha entregado 17 años de su vida al futbol, casi dos décadas traducidas en 764 partidos con el Barcelona y 23 títulos, incluidas tres Champions League. Con España, además, consiguió una Copa del Mundo.
“Me siento útil e importante, pero es el momento de cambiar de aire. Es el momento de marchar. Cuesta mucho tomar esta decisión. Tenemos un proyecto ilusionante en Catar, he firmado un contrato por las próximas dos temporadas con una opción una más. Y también tengo un proyecto con la academia Espire para seguir formándome como futbolista”, explicó sobre su fichaje al Al Saad catarí.
El Barcelona le ofreció una renovación hasta 2018, no merecía menos, pero eligió otro futuro. “Mi objetivo es volver a esta casa, de entrenador o de director deportivo, pero quiero seguir vinculado a esta casa”.
Comentó que nunca pensó que las circunstancias le favorecieran para un adiós tan emotivo, el Barcelona podría ganar el triplete y él se despediría en grande, como su trayectoria. Xavi no lucía triste, pero tampoco contento. Tenía esa expresión de quien toma una decisión irremediable.
“Me gustaría que me recuerden como un apasionado de este deporte y futbolero hasta la médula. Tengo una felicidad completa y sólo falta conseguir estos dos trofeos”. Y así será, el futbolista es importante para el barcelonismo. Leyenda dentro de la cancha, ídolo fuera de ella.
Notas relacionadas:
Los números de Xavi Hernández con el Barcelona