Por: Irving Márquez | @mimooso (Corresponsal en Barcelona)
Una jornada menos en la competición casera y el conjunto blaugrana cada vez está más cerca de conseguir el tan anhelado campeonato de Liga.
Los partidos contra el Espanyol y el Getafe sirvieron para acentuar la sensación de los aficionados blaugranas de que el equipo llega en el mejor momento a la recta final de la temporada. Es ahora en dónde los equipos deben sacar lo mejor que tienen, para refrendar con títulos el trabajo que se ha hecho a lo largo de todo el año.
Los socios están disfrutando al ver que, conforme ha avanzando la temporada, el tridente ofensivo se entiende cada día mejor, parece que juegan por nota y que un simple gesto o una mirada es más que suficiente para saber dónde hay que poner el pase para que el compañero tenga opciones de gol.
Pero no sólo se nota el trabajo en la delantera, los Culés se empiezan a dar cuenta que las rotaciones que hizo Luis Enrique a lo largo de la temporada han rendido frutos.
En el medio campo hay muchas alternativas, todos están a un gran nivel y pueden responder a la exigencia de los partidos importantes. Por supuesto, hay unos con mayores galones que otros, sin embargo cuando han tenido que salir al campo han demostrado que no se echa de menos a los compañeros.
Además la defensa ha encontrado equilibrio, ya no parece aquella zaga endeble y vulnerable de principio de temporada; al contrario, ahora da una sensación de seguridad tanto al equipo como a los aficionados en la grada, quienes sufren menos cuando atacan al equipo. Por si fuera poco, los jugadores que entran de recambio en la zona baja también ha demostrado la solvencia suficiente como para poder contar con ellos en caso de ser necesario.
Por la calle se hacen cuentas de lo que queda para poder visitar canaletas. Además conforme avanzan los días las opciones y el deseo de conseguir el triplete están más presentes. Los aficionados se permiten soñar y saben que con ocho victorias el triplete dejaría de ser un sueño, pero también son conscientes de que viene lo más difícil de la temporada.
Por lo pronto hay que ganar el fin de semana a un Córdoba, prácticamente descendido, y prepara a conciencia la eliminatoria de Champions ante el Bayern, en dónde los nervios por reencontrarse con Guardiola hace que los aficionados tengan los sentimientos a flor de piel.