
La violencia, enemigo del futbol mexicano, volvió a parecer; esta vez en la segunda división de México. El vestidor de los Delfines de Coatzacoalcos fue atacado e incendiado por pseudoaficionados de los Linces de Tlaxcala. Los incidentes sucedieron luego de la final para conseguir el boleto para jugar en la división de ascenso, en la cual se coronaron los Delfines tras empatar 1-1 (4-3) global en Tlaxcala.