Luego de que se desataran incidentes entre aficionados argentinos, colombianos y autoridades policiales en los accesos al Hard Rock Stadium de Miami, Florida, los organizadores del evento se las vieron negras de cara al arranque de la Gran Final de la Copa América 2024 entre Argentina y Colombia se verá retrasado.
El caos reinó luego de que cientos de fanáticos sin boletos para el partido provocaran complicaciones impidiendo que otros seguidores no pudieran ingresar en tiempo y forma, por lo que se confirmó que el encuentro comenzará más de una hora y 15 minutos más tarde de lo previsto.
Pues los seguidores, en su mayoría colombianos decidieron darse cita en el inmueble con las intenciones claras de dar un portazo y acceder al importante encuentro sin importar las formas. Por lo que minutos antes de que el árbitro central determinará el inicio del partido, la incertidumbre sobre si se llevaría a cabo no el encuentro estaba a flor de pie.
Jorge Campos se robó los reflectores
Aunque en medio de todo el caos, una de las cuestiones que más llamaron la atención, fueron las acciones del comunicador de TV Azteca y leyenda de la selección Mexicana, Jorge Campos, quien se robó los reflectores de cara al arranque del encuentro, el cual se retraso por casi 90 minutos.
Pues mientras sus compañeros se encontraban analizando el posible futuro del partido, Campos se mantuvo por casi media hora sin emitir palabra, hacer movimientos bruscos, e incluso con los lentes oscuros era complicado saber la expresión de su rostro, lo que evidencia la poca importancia que le daba si se llevaba o no el importante duelo.
¿Qué pasó en la Final de la Copa América 2024?
Cientos de fanáticos sin boletos para el partido. Provocaran complicaciones impidiendo que otros seguidores no pudieran ingresar en tiempo y forma. Por lo que se confirmó que el encuentro comenzará media hora más tarde, y luego se determinó que la espera sería de una hora. Al final fueron casi 90 minutos de retraso del importante duelo.
Después de que los aficionados se colaran, la seguridad del estadio cerró nuevamente todas las puertas de la Southwest Gate. Dejando fuera a miles de aficionados y miembros de la prensa. Evitando en su totalidad que cualquier persona sin importar nada pudiera salir o entrar. Incluso a pequeños niños y bebés que se encontraban con sus padres.
El cierre de puertas, aproximadamente a las 17:45 horas, provocó que miles de personas se agruparan a los alrededores, haciendo imposibles los accesos. La acumulación de gente, los 34 grados centígrados que caían en el lugar. Y la pasividad de la policía para abrir nuevamente las puertas provocaron la desesperación de los presentes. Con la posibilidad de tener una avalancha humana que pudiera provocar una avalancha humana.