Por: Santiago Cordera
11 de marzo de 2004. Madrid, España. 7:36 am. Red de trenes de Cercanías. De pronto, se escucha un estallido ensordecedor. 10 mochilas con explosivos Goma-2 ECO, utilizados por grupos islamistas, explotan casi de forma simultanea en cuatro trenes dejando 192 muertos y casi 2 mil heridos.
A once años del lamentable suceso, decenas de víctimas siguen necesitando ayuda psicológica. Acuden a su sesión de terapia todas las semanas o cada 15 días, dependiendo de la gravedad de cada paciente.
El atentado del 11 de marzo se trata del segundo mayor atentado en Europa registrado hasta nuestros días.
Según se pudo observar en la cinta de video del sistema de seguridad de dicha estación, a las 7:37:47 se registró la primera explosión. A las 7:38:36 se produce la segunda; y a las 7:38:40 la tercera. En la estación de El Pozo del Tío Raymundo explotarían dos bombas; en la de Santa Eugenia una; y en las vías que encaminan a la estación de Atocha cuatro. En el interior de otros dos trenes se encontraron artefactos que tuvieron fallas y no explotaron en el momento, pero que por razones de seguridad fueron detonadas.
Dos días más tarde, el 13 de marzo, una llamada efectuada a un canal de televisión (Telemadrid) permitió localizar en un basurero un video en el que un hombre con acento marroquí, que dijo ser Abu Dujan al Afgani, quien se identificó como el portavoz militar de Al Qaeda en Europa, revindicaba su autoría.
Pero, ¿qué sucedía en el deporte por aquellos días? Grecia llevaba trabajando más de cuatro años en su proyecto olímpico, que comenzaría algunos meses después del atentado. Michael Schumacher conseguiría su séptimo campeonato y su último título en la Fórmula 1. En la NBA los Detroit Pistons, de la mano de Kevin Garnett, conseguían llegar a la cima, mientras en el béisbol los Red Sox de Boston conquistaban la Serie Mundial.
Lance Armstrong, esa sombra viviente que ha sido juzgada por la moral estadounidense en particular, lograba su sexto título en el Tour de Francia, lo que le daba el titulo de primer ciclista en conseguir una hazaña como esa. Sorpresivamente, y con un juego defensivo y destructivo, Grecia se coronaba ante Portugal en la Eurocopa organizada por los lusos, mientras que Brasil hacía lo propio en la Copa América al vencer a Argentina en la final.
El Once Caldas, contra todo pronóstico, vencía a Boca Juniors en la final de la Copa Libertadores. El Valencia, que en aquellos días gozaba de una buena salud económica y deportiva, se había convertido en el tercero en discordia y había logrado desbancar al Real Madrid y Barcelona en la lucha por la Liga española.
En la Premier League se coronaba el Arsenal, en el Calcio el Milan, en la Bundesliga el Werder Bremen, mientras en México, los Pumas lograrían el bicampeonato con Hugo Sánchez en el banquillo. Y no sólo eso, sino que se adjudicarían el Campeón de Campeones y el Trofeo Santiago Bernabéu frente al Real Madrid con un golazo de Israel Castro.
Andriy Schevchenko era el mejor futbolista de Europa y merecedor del Balón de Oro y Roger Federer ya mandaba en la ATP.
Ocho días después del atentado terrorista, en las salas de cine se estrenaba Eternal Sunshine of the Spotless Mind de Michel Gondry y el 16 de abril Tarantino presentaba Kill Bill volumen 2.
Después de conocerse los alcances del atentado terrorista, el mundo del deporte español se unió en contra de la violencia. La Federación Española de Futbol decidió no suspender la jornada de Liga. Los jugadores del Real Madrid se reunieron en el campo de entrenamiento, junto con empleados y cuerpo técnico, para formar un círculo y guardar un minuto de silencio. El Atlético hizo lo propio y Enrique Cerezo, su presidente, lamentable a través de un comunicado el suceso.
El Barcelona manifestaba su solidaridad con las víctimas a través de Joan Laporta, mientras que en la prensa circulaba la noticia sobre que Alfonso Pérez Muñoz, delantero del Betis y en algún momento de la selección española, había salido de la estación de trenes de Atocha donde estallaron los explosivos media hora antes de que se produjera el atentado.
