Por: Ángel Armando Castellanos
El martes pasado por la noche una noticia se dejó escuchar en los alrededores del Abierto Mexicano de Tenis: policías se enfrentaron a maestros que intentaban manifestarse en el torneo y al final los profesores no lograron su cometido. ¿Será que Carlos Slim tuvo más poder que el mismo gobierno para calmar la evidente crisis del magisterio mexicano?
Desde hace varios años Guerrero es eso, un estado que vive en guerra y la exposición que tendría la entidad con la competencia era ideal para que los académicos le mostraran al mundo sus demandas, pero pudo más la mano dura del hombre más rico del planeta.
Slim ha jugado su juego y ha mostrado varios saques as que descontrolaron a algunos hombres de poder en este país. Su torneo tenía que ser perfecto y así lo fue. Al final, las supuestas fuerzas del orden sirvieron para que los problemas de los maestros no permearan en la competición, siendo casi exclusiva de los más afortunados.
Por algo será que prácticamente ningún medio habló de que los profesores estaban arribando a la sede del Abierto Mexicano. Slim podrá estar “peleado” con Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas, pero al final, sus intereses terminan siendo los de empresarios que no le dan demasiada importancia a la voz al obrero de la educación, cada vez más dañado por el sistema dominante.
Al menos durante la celebración de la competencia poco y nada se escuchó de enfrentamientos o manifestaciones que tuvieran que ver con maestros en Guerrero y cuando ellos quisieron mostrarse en las canchas, fueron reprimidos y la manifestación sólo quedó en un intento. Al final, la raqueta millonaria pesó mucho más que la humilde pancarta.