Por Edgar Cabrera
Qué bonita tradición la de los domingos…. ir al llano a echar cáscara con los amigos, olvidar el estrés de la semana, sentirse Messi e imaginar que estás en el estadio de tu equipo, sudando con honor la camiseta, para después ir a brindar con los del equipo. Sin comodidades, pero con ganas de patear el balón.
1. EL CAMPO
Adquieres habilidades que no sabías que tenías, en lodo, con hoyos, inundada, no hay impedimento para que el juego del fin de semana se lleve a cabo, la cancha no es pretexto cuando los amigos, compadres o conocidos, entran al campo a mostrar sus habilidades.
2. LOS UNIFORMES
Hoy puedes ser del Barcelona y la próxima temporada fichar por el Manchester City, los fines de semana en el llano se puede ver un desfile de equipos, desde el de élite mundial hasta a los de tercera división. Es interesante ver un Barcelona vs Empujadores de Popotla
3. LA INTERACCIÓN CON LOS AMIGOS
¿Se va a hacer o no se va hacer la chelita después del juego? Es ya tradición que al terminar el juego dominguero el equipo se instale afuera de la tienda de la colonia para hacer retroalimentación, platicar de tácticas que ocurrieron en el juego y mejorar la semana que viene. Ya al final terminan hermandados y queriéndose mucho.
4. LA TáCTICA
En el futbol llanero la alineación del encuentro no se define por quién esté lesionado, sino por los que llegaron, en ese momento el medio puede convertirse en defensa e incluso el delantero en portero. La táctica principal es ganar a como de lugar.
5. LAS PELEAS CAMPALES
¿Quién no ha visto una pelea campal en el llano? Y es que con el calor del juego, los roces y las conversaciones que mantienen los compañeros de profesión, en ocasiones ocurren peleas épicas, donde se mete hasta la suegra y aprovecha para darle al yerno. Al final terminan siendo tan amigos como al principio, pero con su respectivo ojo morado