La Selección Mexicana continúa en busca de un nuevo director técnico, quien tome las riendas del equipo nacional de cara a la Copa del Mundo de 2026, que se celebrará en México, Estados Unidos y Canadá.
Muchos son los nombres que han sonado para tomar el puesto que dejó Gerardo Martino, pero todo indica que dos son los candidatos finales: Diego Cocca y Guillermo Almada, entrenador de Tigres y Pachuca, respectivamente.
Pero sea quien sea, la Federación Mexicana de Futbol (FMF) ya tiene una lista de las condiciones que deberán cumplir, especialmente una: vivir en la Ciudad de México.
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De acuerdo a la información de Rubén Rodríguez, periodista de Fox Sports, a los candidatos para tomar el banquillo azteca les han pedido guardar silencio sobre las entrevistas que les han hecho, así como las formas y temas que han abordado.
La principal condición que deberán cumplir, es que tendrán que radicar sí o sí en la capital del país; incluso, esto estará en el contrato que se firme.
También, el que resulte ser el nuevo estratega del cuadro nacional, deberá viajar a diferentes ciudades y países, ya sea para promoción, trabajo, conferencias o simples charlas con jugadores y/o directivos.
Otra de las importantes condiciones será que deberá tener una muuuuy buena comunicación con todos los seleccionados, y esta deberá de ser directa, pues es importante recordar que este punto se le criticó mucho al Tata Martino.
Dicha comunicación también deberá trasladarse con los entrenadores de sus respectivos equipos, no solo en la Liga MX, sino también de aquellos que militan en Europa.
Deberá ganar títulos con la Selección Mexicana sí o sí
La fuente señala que los campeonatos no son una opción, sino una obligación, pues no tendrá margen de error en todos los torneos que dispute el Tricolor, además de que deberá regresar a ser la mejor selección de la Concacaf.
Perder ante Estados Unidos ya no está a discusión, ya que deberá ganarle a como de lugar al odiado rival.
Toooodo suena demasiado bonito, pero bien dicen que del dicho al hecho, existe un gran trecho, y pues hasta no ver, no creer.