En un año marcado por la incertidumbre y los resultados adversos para el fútbol mexicano, la Selección de México Sub-20 ha logrado inyectar una dosis de esperanza. Tras una emocionante victoria de 2-1 sobre Costa Rica, el equipo dirigido por Eduardo Arce aseguró su boleto a la Copa del Mundo de la categoría, que se llevará a cabo en Chile el próximo año.
México tuvo que remar a contracorriente
El partido, disputado en el estadio Sergio León Chávez de Irapuato, fue un fiel reflejo de la montaña rusa de emociones que ha caracterizado al fútbol mexicano en los últimos tiempos. Costa Rica aprovechó un penalti para ponerse en frente en el marcador. Los fantasmas del pasado parecían rondar a los jóvenes aztecas, que veían cómo se les escapaba la oportunidad de clasificarse.
Sin embargo, el Tricolor demostró una gran capacidad de reacción. Diego Sánchez, con un golazo de media distancia, empató el encuentro antes del descanso y encendió la llama de la esperanza. En el segundo tiempo, México fue el dominador absoluto del partido, pero se encontró con una férrea defensa costarricense que se negaba a caer.
En los minutos finales del encuentro, Amaury Morales anotó el gol de la victoria tras una gran jugada colectiva. El gol desató la euforia en el banquillo mexicano y las gradas, mientras los costarricenses protestaban por una posible falta previa. Sin embargo, la revisión del VAR confirmó la legalidad de la anotación.
Con esta victoria, México aseguró su lugar en el Mundial Sub-20 y mostró un grupo joven, talentoso y con gran espíritu de lucha. Ahora, el objetivo del Tricolor será conquistar el título del Premundial de Concacaf y llegar a Chile con la ilusión de alcanzar nuevas metas.
Este triunfo es un bálsamo para el fútbol mexicano, que necesita con urgencia recuperar la confianza de la afición. La Selección Sub-20 ha demostrado que el futuro es prometedor y que hay motivos para ser optimistas.