Tras los hechos de violencia en el Luis Pirata Fuente, Gignac fue uno de los jugadores de Tigres que intentaba calmar a la afición. Justo en ese momento, un utilero le gritó:
Tras escuchar la acusación, el francés lo encaró y le dijo que eso era una vergüenza lo que estaba diciendo; afirmó que él había ido a ver a su primo (en el festejo). Parte del staff de Tigres intentaba calmarlo, pero Gignac buscaba seguir discutiendo con el utilero, intentando dejarle claro que él nunca quiso provocar a la afición del Veracruz.