Por Leo Salazar
Juanáticos celestes y borregolovers, ya sé que van a enchilar, pero deben entender que Gerardo Torrado nunca fue el gran futbolista que todos pensábamos que iba a ser. Aquí seis poderosos motivos para que se quiten la venda de los ojos.
1. Se apagó
¡Era nuestro gallo y nos falló! Debutó y se fue de Pumas como un mediocampista dinámico y ocupado en impulsar el ataque. Le gustaba colocarse frente a portería para tirar y buscar goles. De hecho hizo muchos así. Lo llegó a demostrar también con el Tri de nuestro corazón. Desafortunadamente nomás nos ilusionó. Te pasaste Gerardo, te pasaste con nosotros.
2. INCONSTANTE
Va, en este punto le podemos dar el beneficio de la duda y echarle la culpa a la mala suerte. Aplaudimos su arriesgue por irse a probar fortuna en España, pero el destino no quiso que se consolidara en Europa cuando vivía su mejor versión como jugador y eso repercutió en su estilo. Ir de aquí para allá entre un club y otro no ayudó.
3. Retroceso
¿Para qué volvió? ¿Para qué? Su retorno al futbol mexicano solamente sirvió para convertirse en un típico contención de nuestra liga con carácter defensivo. Romper el juego rival y recuperar el balón con faltas constantes fueron su tónica con Cruz Azul. Se limitó a ser regular, uno más del montón.
4. DESTRUCTOR
¿Y las tarjetas apá? Del chico que se fue a España con ganas de ser constructor de juego, se transformó en un destructor con leña como herramienta. De las llamadas “tácticas” hasta las de sangre caliente, partido tras partido que jugó con Cruz Azul no se cansó de repartir patadas para poner quietos a los contrarios. Pero los árbitros fueron muy permisivos con él y se limitaron en llamarle la atención. En el peor de los casos apenas y le sacaban la amarilla. Para las que en verdad mereció, muy pocas le mostraron al señor.
5. APÁTICO
Su personalidad fue como la de una pasa, seca. Careció de ese rasgo pícaro, alegre o imponente que poseen otros futbolistas mexicanos que se convierten en ídolos de la afición y que transmiten entusiasmo en sus compañeros para jugar por el mero gusto de jugar. Vaya, no es alguien que quieras para que te motive en el vestuario.
6. cero títulos
De copas, mejor ni hablamos. Su vitrina está vacía con títulos de liga. Muy mundialista y muy seleccionado nacional el tipo, pero con ningún club fue campeón. Los grandes futbolistas ganan campeonatos y en su caso, la neta, no puedes presumir una Copa MX como señal de éxito en las canchas a nivel de equipos.