Cruz Azul se rifó en su regreso al Estadio Azteca, convirtió los malditos 10 minutos finales en algo bendito tras llegar a casa. Los cambios hicieron efecto para llevarse la victoria.
Uno de ellos fue Misael Domínguez, quien entró para revolucionar el juego y lanzar a La Máquina al ataque. Se adueñó de su banda derecha, hacía lo que quería con los de Puebla.
Hasta se dio el lujo de hacer jugadas mágicas, tacos, túneles, medias vueltas. Un juvenil con ganas, proyección y mucho futuro, demostró tener el valor para usar la azul y eso que ingresó como cambio.