Recién desempacado de Chile con el fracaso a cuestas, Miguel Herrera compareció ante los medios de comunicación. El Piojo no dejó nada en el aire, cada cuestionamiento o duda fue resuelto con señas visibles de frustración y enojo.
Herrera sabe que la actuación azteca en tierras andinas dejó más dudas y avivó las voces que claman su despido, Sin embargo, la debacle de su equipo inició en el debut contra Bolivia. Incluso el juego ante Chile permitió pensar en un posible despegue dentro del torneo. “El 3-3 con Chile nos llevó a pensar que este equipo estaba para cosas importantes”.
“No es el partido de Ecuador el que nos elimina, es el primero. Pesó no jugar bien, entender tarde lo que estábamos jugando”, declaró. “Hicimos un mal torneo, mal jugamos contra Bolivia, chispazos contra Chile y ante Ecuador, no jugamos bien”.
El siguiente análisis de quien fuera campeón con América en el Clausura 2013 arroja al poco tiempo de trabajo como una excusa. No dudó señalar que, en caso de haber contado con una semana más en su agenda, el resultado hubiera sido diferente. “Con una semana de trabaja más hubiéramos podido moldear más al equipo, pero no fue así”.
Respecto al arbitraje contra Ecuador, aclaró que no lo culpó y que simplemente se refirió a los silbantes como “tercia de tontos”. Durante el partido fue expulsado y se defendió diciendo que sólo le daba indicaciones a Raúl Jiménez.
Ahora, Miguel Herrera debe cambiar sus expectativas y visiones, la Copa Oro se alza en el horizonte. En el torneo organizado en tierras norteamericanas no valdrá otro resultado que el campeonato.
Deberá dejar atrás las presiones y juicios obtenidos tras el pitazo final en Rancagua, de otra manera, los reclamos incrementarán y su etapa como seleccionador terminará a pesar de declarar que estará hasta el Mundial de Rusia.