Por Asairi Nava
Este alemán debe creer que con la amenaza a Marco Fabián los mexicanos viviremos con miedo del choque entre teutones y mexas, pero lamentablemente para él no es así. Por el contrario, mientras más se acerca la fecha, más ganas nos dan de que nuestra Selección haga que se coma sus palabras. Al igual que el Tri, estos personajes de nuestra cultura podrían visitarlo y demostrarle que no nos asustan.
El Charro Negro
Su elegante e imponente imagen bien podrían aplacar al killer del Bayern, y de paso recordarle que los mexicanos no se asustan ni con el embajador del diablo. Sería difícil no creerle a un charro vestido de negro encima de un bello caballo azabache que de sólo relinchar puede generarle muchas pesadillas a cualquiera.
El Nahual
Salir a pasear a su perro podría ser el pretexto perfecto para que este mago cambie de piel y se le aparezca para dejarle claro que meterse con nuestros paisanos le puede salir caro. La amenaza hacia Marquito podría quedarse corta a comparación de todo lo que esta criatura puede hacer en el vestuario alemán.
El Santo
Recibir una invitación a una función de lucha libre organizada por el Enmascarado de Plata. Uno contra uno, sin ayuda de nadie. Entre cada llave, plancha y vuelo, le susurraría al oído que los mexicanos solamente temblamos con el salario mínimo.
Kalimán, el hombre increíble
Puede tomar como nuevo enemigo al alemán después de la afrenta a Fabián y descargar todo su coraje con tal de que sea él quien sude de nervios. Y no es para menos. Su poder de hipnosis puede dejarle algunos pequeños recuerdos que le atormenten cada vez que toque el balón.
EL Chapulín Colorado
Pareciera que escuchamos a Marco exclamar “¡Oh! Y ahora, ¿quién podrá defenderme?”. Puede suceder que con el uso de su chipote chillón afecte la memoria de Müller y aproveche para sugestionarlo con mentiras como que los mexicanos son seres fuertes, con dos metros de estatura y anotan goles con la pura mirada.
Plus: La Catrina
Personaje característico por excelencia del Día de Muertos. Con que se le aparezca es suficiente para que se tranquilice y le baje a su calentura el señor Thomas.