Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, está desesperado por la delicada situación que atraviesa su país. La falta de alimentos, el descontento generalizado de su pueblo, los deplorables servicios de salud, entre otras muchas carencias, motivaron al presidente a tomar medidas populistas.
Solo aterrizar la delegación olímpica venezolana, Maduro los recibió en el palacio presidencial. “Tenemos que sentirnos muy orgullosos y las mujeres muy orgullosas de su espíritu de competitividad, de lucha que tiene nuestra juventud”. El presidente destacó el esfuerzo de los atletas y aseguró que incrementaría en un 50% el aumento de las becas para los atletas de cara a Tokio 2020. ¡Hombre, pan y circo, con eso Venezuela va estar en los primeros lugares del medallero en Japón!
Nicolás Maduro es un populista. Necesita crecer sus índices de aprobación y no se le ocurrió un pretexto mejor que colgarse de los atletas venezolanos que participaron en Río de Janeiro. “Viviendas para todos los atletas”, dijo mientras anunciaba el programa social Misión Vivienda impulsado por su gobierno, como si eso fuera a hacer llegar comida a las tiendas departamentales, herramientas esterilizadas a los hospitales, y la alegría a la gente que hoy se siente reprimida por su gobierno.