Por Alberto Ríos
En el norte ya se están saboreando una final entre Monterrey y Tigres. Ambos equipos quieren ser el foco de atención al menos por una semana y que el futbol mexicano ponga sus reflectores en Guadalupe y San Nicolás, Nuevo León.
Pero regios no coman ansias, ni Morelia ni América serán unos flanes en sus llaves. En el caso específico del Ame contra los Tigueres hay un par de jugadores que hace algunos torneos les frustraron la tan deseada final a universitarios y rayados.
En la semifinal del Clausura 2012, en el estadio Corona, Santos Laguna hizo la hazaña de darle la vuelta a un dos por cero ante los Tigres cuando restaban tres minutos para el final. Con Monterrey ya en la final, los felinos y todos los amigos regios vieron con amargura como con un par de asistencia de Darwin Quintero y goles de Oribe Peralta, el equipo lagunero dejaba en una ilusión fallida el primer clásico regio en una final.
Da la casualidad que ahora, Oribe y Darwin, juegan para el Ame. Ante una nueva semifinal en la que las posibilidades de clásico regio en el juego por el campeonato está presente, los fantasmas de aquel 17 de mayo vuelven a aparecer.
Con esto, no solo Tigres quedaría eliminado, sino el tan anhelado sueño de Monterrey y Tigres.