Por Mauro Colin
Así es, otra vez los hooligans se volvieron hacer notar en un partido de su selección. Ahora antes del partido entre Holanda e Inglaterra -que ganaron los ingleses- hubo varios disturbios en las calles de Amsterdam.
Los aficionados ingleses gritaron, asustaron a la gente, golpearon edificios, aventaron bicicletas al río, por mencionar algunos de sus desmanes. Después de los lamentables incidentes la policía tuvo que arrestar a 25 de ellos por desorden público.
Parte de su enojo fue porque les prohibieron la venta de cervezas, así que respondieron lanzándoles las botellas a los granaderos.
Ahora con este escándalo, la FIFA ya debería meter mano dura en el asunto pues no es la primera vez que sucede. Con el Mundial a la vuelta de la esquina no querrá que se repitan los hechos entre rusos e ingleses de la Euro 2016.