Por Rubén Martínez
La mayoría de los juanaticos hemos disputado partidos emocionantes en el FIFA y si ganamos, vivimos las consecuencias de humillar a nuestros hijos. Ver como se arden o nos ponen sus típicos pretextos. Aunque seamos honestos, cuando nos toca perder aplicamos la de “es que mi control no sirve”, nos enojamos y maldecimos a nuestro rival.
Tal vez no somos tan extremos como en el video de arriba, pero sí sentimos esa furia en el cuerpo, cuando vamos ganando y nos dan la vuelta, peor si nos anotan un gol en la última jugada. Por lo regular golpeamos lo que esté enfrente e incluso zapeamos a nuestro rival ¡admitámoslo!
El ardor nos inunda cuando nos clavan un golazo o nos traen de hijo y no podemos frenar a nuestro rival quien nos burla con puros skills. Ahí aplicamos el típico hachazo al jugador y complementamos con “es que mi control no sirve” y por último descalificamos al rival con algún insulto.
Pero no todo es malo, también vivimos esa sensación de alegría cuando en el Ultimate Team obtenemos a nuestro jugador favorito ¿Qué tal cuando nos hicimos de Cristiano, Messi o Neymar? Primero la expectativa de saber qué va a pasar y después la euforia se desborda.
Los amantes del FIFA hemos sentido todas esas emociones que provocan que sea nuestro juego favorito.