Por: Roberto Quintanar
La arena deportiva más mítica de Nueva York es un espacio que seduce a los más grandes artistas. El Madison Square Garden no sólo invita a los equipos de baloncesto y hockey sobre hielo a conquistar el triunfo… también es una especie de Meca para aquellos músicos que quieren conquistar el mercado estadounidense; quien consigue llegar ahí, prácticamente lo ha logrado.
Cuando el Garden vivía sus primeros años, miles de personas pudieron atestiguar dos momentos muy distintos de la mujer cuyo apodo hacía honor a su poderosa voz: la Perla de Texas, Janis Joplin.
Era 1969. En el Día de Acción de Gracias, una de las principales celebraciones en los Estados Unidos, la arena recibiría el concierto de los polémicos Rolling Stones, encabezados por Mick Jagger y Keith Richards. Como acto de apertura estaba programado un show de Ike y Tina Turner, quienes de inmediato hicieron al público entrar en ambiente como si fueran un par de hechiceros.
Poco tiempo había pasado de que Tina tomar el micrófono cuando entre las primeras filas vio un rostro familiar, el de Janis Joplin. Sin dudar un solo momento, la invitó a subir al escenario para hacer un dueto.
El histórico momento que combinó dos de las mejores voces en la historia estuvo aderezado, de acuerdo con su amiga, publicista y biógrafa Myra Friedman, con la pérdida de control de la Perla, quien se encontraba completamente bebida y drogada, algo que no evitó que diera un excelente número. La fotógrafa Amalie R. Rothschild, quien capturó el momento, da sin embargo una versión distinta, en la que no menciona que Janis estuviera bajo el efecto de algún psicotrópico o el alcohol.
Unos días más tarde, el 19 de diciembre, Joplin ofreció un recital en el mismo foro. De acuerdo con algunos asistentes, la cantante trató de incitar al público a hacer un motín con un comportamiento bastante provocativo.
En realidad, Janis nunca se sintió cómoda en un escenario del tamaño y comercialidad del Madison Square Garden. “Cuando iba a cantar una nota, todos me miraban como preguntándose si en verdad lo lograría”, expuso al periodista David Dalton, a quien también dijo que prefería los pequeños bares y teatros contraculturales de San Francisco, donde podía ser más ella.
La casa de los New York Knicks y los New York Rangers, entre otros, ese espacio tan mitificado por los músicos y los melómanos, resultó ser un tanto despreciable para la reina Janis Joplin, a quien nunca le interesaron los grandes escenarios.
A 46 años de su muerte, recordamos los momentos de la Perla de Texas en el Madison Square Garden, un espacio que, aun sin querer, terminó conquistando.